Aunque en el concepto mineralógico estricto se considere únicamente como mármoles las formaciones integradas por carbonato cálcico puro, en términos comunes se llama mármol a todas las piedras calizas de color hermoso que son susceptibles de adquirir un buen pulimiento.
Actualmente el mármol y las calizas se utilizan fundamentalmente como revestimiento de interiores y exteriores y en el arte funerario especialmente el mármol, aunque progresivamente se va incorporando como elemento estructural en la construcción.
En España abundan las calizas compactas constituyéndose mármoles de colores muy variados, concentrándose fundamentalmente en las canteras de mármol en las provincias de Almería, Murcia y Alicante, aunque también se extrae este tipo de material de Cataluña.
En estas zonas también se encuentran el mayor número de plantas de elaboración de este material, esto se debe a una característica que define empresarialmente al sector de la piedra en general, no solo al mármol: la especialización de un tipo de roca viene determinada por su proximidad geográfica a los yacimientos y a la abundancia de este tipo de roca en una zona determinada. Esta especialización tiene una clara explicación y es debido al elevado coste de transporte de la piedra y a que el proceso de transformación se desecha un elevado porcentaje, por lo cual resulta mucho más rentable realizar la transformación del producto en las proximidades de su extracción.
En los revestimientos exteriores estos materiales siempre tuvieron mucha aceptación, ya que son materiales de gran belleza, y su implantación en las fachadas ventiladas a dado un impulso a este mercado. En este tipo de fachadas los materiales se muestran en toda su grandeza dado a que no están en contacto directo con la estructura portante del edificio y no están sujetas a los cambios de tonalidad que sufren estos materiales cuando son aplacados con cualquier tipo de mortero.